30 de septiembre de 2008

Cosas del trabajo...

Yo pienso que todo el mundo tiene un límite de paciencia. Yo, en mi caso, lo tengo muy alto. Soy muy paciente, simplemente respiro y sigo adelante, sin hacer caso de lo que está pasando.

Otras personas no reaccionan así. Hay gente que salta a la primera porque no son capaces de contar hasta 10 y decir "vale, a lo siguiente"

Eso me pasó a mi ayer, en mi trabajo. No es que sea muy estresante. Trabajo en una tienda de juguetes que seguro que no vende tanto como el Toys'R'us, y en la que, de seis horas que trabajo, me puedo tirar cuatro y media sentada sin hacer nada perfectamente.

Pero creo que lo que descolocó mi armonía fue una chica nueva que entró hace unas semanas a trabajar. Una chica nueva que me saca de mis casillas.

¿Por qué? Porque no tiene respeto, porque es una descarada de la vida que piensa que es la mejor y, ah, por ahí no paso, señores.

Ayer ya salté. Y creo que le dejé bien claro que no me cae bien. Más que nada porque solo me faltó decirle 'no me caes bien', pero no se lo dije porque a mi, todavía, me queda algo de respeto y vergüenza.

Hala, ya me he desahogado. Buen día bloggeros.

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