La verdad es que hemos trabajado mucho (mi hermana y yo con ellos) para que no tenga nada que ver con lo que era el primer día que entramos en el inmenso solar.
Aún queda mucho camino por recorrer, pero hemos recorrido mucho. Mi padre ha construido un trastero que nos va a venir genial para meter aquellos muebles y cosas que ya no utilizamos en casa. Aún no tenemos casa, eso vendrá con el tiempo, pero tenemos una caseta de obra que hemos arreglado por dentro para poder pasar allí un día completo sin tener que ir a hacer nuestras necesidades a un árbol, jaja.
Una de las primeras cosas que hizo mi padre fue comprar una barbacoa. Junto con un huerto, son las dos cosas principales por las que compró aquel trozo de terreno. El huerto también tiene que esperar, pero la barbacoa ya ha sido inaugurada.
Fue éste sábado, junto con unos amigos suyos y una amiga mía. Nos fuimos para allá a comer y pasamos un rato muy agradable. Mi padre aquel día también trabajó. Se dedicó a poner el techo del trastero, así que, un día más, terminó derrotado. Aún así, se comió la panceta y los chorizos con una gran sonrisa de triunfo en la cara.
Yo sigo esperando el momento de la piscina. El suelo tiene hormigón, pero dejó el hueco adrede para hacer una piscina, lo cual me da esperanzas :)
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