Llevaba unos quince minutos observándola mientras ella se columpiaba en el parque de la universidad. Llevaba ya dos meses en Urgencias y cómo la primera vez, todas las noches, iba a hacerle una visita. Solo que hoy no había ido.
No había ido porque la había visto discutiendo fuertemente con Chase en los vestuarios. Se habían dicho cosas de las que seguro, estaban arrepentidos. Lo habían dejado. Definitivamente.
Y no sabía de dónde había salido aquella caballerosidad. No había ido para no dañarla. Para no meter el dedo en la yaga.
Avanzó lentamente, marcando el suelo con sus huellas y el bastón. Algunos le llamaban el Dr. Tres piernas. Le hacía gracia ese nombre, aunque tuviese que ver con su mayor desgracia.
Cuanto más se acercaba, más podía apreciar que estaba llorando. Y lloraba desconsoladamente.
Rodeó el columpió y la miró. Ella cerró los ojos, intentando controlar las lágrimas, pero fue imposible.
-¿Cómo sabías dónde estaba? - preguntó ella.
-Desde mi despacho se ve todo el parque.
-Estoy de espaldas a la ventana.
-Eres inconfundible - vio una pequeña sonrisa en el rostro de la inmunóloga. Repiqueteó el bastón contra el suelo - te vi...
-Se que me viste - le cortó ella - que nos viste. ¿No te han dicho que espiar está feo?
-No estaba espiando - aclaróo House - solo pasaba por allí.
-Claro - volvió a sonreír y siguió balanceándose.
-¿Vas a estar toda la noche llorando?
-No, intentaré emborracharme y olvidarme de todo - empezó a bajar la velocidad hasta que el columpio paró.
-¿Piensas emborracharte sola?
-Estaré rodeada de mis peluches, tranquilo - dijo con ironía.
-Emborráchate conmigo - le salió sin pensar. Ella le miró extrañada.
-¿Para qué? ¿Quieres aprovecharte de mi?
-Si, ese es mi plan - dijo él sonriendo. Le tendió la mano, y ella, tras mirarla durante unos segundos, la aceptó.
Comenzaron a andar de camino al hospital.
-Bueno que, ¿en tu casa o en la mia?
Una hora después, entraron en casa de Cameron hablando.
-¿Entonces has terminado definitivamente con el rubito? – preguntó House.
-Si... – dijo ella. Entraron en la cocina - ¿whisky o martini?
-El martini es para nenazas.
-Vale, lo he pillado.
Se sentaron en el salón. Él con un whisky y ella con un martini.
-¿Así va a ser toda la noche o va a variar en algo? – preguntó Cameron.
-Hombre... podemos beber hasta que perdamos el sentido común y acabemos haciéndolo sobre... – miró a su alrededor – el suelo.
-¿El suelo? Que poco original eres.
-¿Y dónde quieres?
-¿Estás asumiendo que tendremos sexo? – Cameron sonrió.
-No, solo estoy preguntando que dónde te gustaría hacerlo conmigo.
-Mmm... en la encimera de la cocina – House, que estaba bebiendo, casi se atraganta.
-Que morbo. ¿Y si nos ven los vecinos?
-Cerramos las cortinas.
-¿Y si llaman a la puerta?
-¿Y eso que tiene que ver?
-A lo mejor es el rubito que quiere...
Cameron no le dejó terminar porque se acercó a él y le calló besándole.
-¿Qué haces? no nos hemos emborrachado aún... – dijo mientras, inconscientemente se acercaba de nuevo a sus labios.
-Prefiero acordarme de todo, ¿tu no?
House rió levemente, dejó el vaso en la mesa de centro y volvió a besarla. Esta vez, no haría ninguna pregunta más.
3 comentarios:
Jajajajaja, qué grande xDDD Me ha hecho mucha gracia. Este drabble me recuerda a algo... ;)
Muchas gracias :D
oh un bonito regalo de cumplee
un besito !!
Una interpretación muy femenina de House. Te recomiendo anatomia de Grey: chicos, chicas, besos y lágrimas, te gustará.
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