El drama de los 17

La vida es muy injusta, creo yo.

El fin de semana pasado, iba a ir al cumpleaños de una amiga, pero no pude porque se había muerto un familiar y tuve que ir a Albacete al entierro. Bien, hasta ahí llego. Aquella mujer se había portado muy bien conmigo y le tenía un cariño muy especial.

Este sábado tengo otro cumpleaños. De otra amiga. Y tampoco puedo ir. ¿Por qué? Porque tengo que irme al pueblo (Albacete) para ir a las fiestas, ver cómo llevan a la Vírgen a la Iglesia (soy atea, por cierto) y ver cómo hacen hogueras gigantes en las calles que luego se apagan y chim pun.

Y mientras yo tengo este divertidísimo plan, mis amigas estarán cenando, riendo, hablando y durmiendo todas juntas. (En la misma cama no, en la misma casa, me refiero)

Y diga lo que diga, siempre obtengo la misma respuesta. NO. Hay que joderse.

Estoy harta de tener 17 años. Creo que este ha sido el peor año. Este y el anterior. ¿Será mejor el siguiente? ¿Mis 18? Que ganas, joder.

Y todo esto sin mencionar las clases de mañana. Solo digo que tengo educación física a las 2 de la tarde. Genial. Vamos mejorando.

Ah! Y me voy mañana por la tarde. Nada de irnos el sábado por la mañana como siempre. No, nosotros por la tarde, que así se aprovechan más las fiestas.